José Antonio Ruiz
Dosantos.

Lebrija. Andalucía

Más que una afición

Nací en Lebrija (Sevilla) el 6 de agosto de 1987. A pesar de no contar con antecedentes familiares dentro del mundo profesional de la equitación, desde muy niño sentí con fuerza esta afición. La tierra donde crecí, la baja Andalucía, me permitió, desde mis primeros años, el contacto cercano con los caballos, ya que este animal forma parte de la vida cotidiana de la región en fiestas religiosas, populares…

No en vano, la equitación para el andaluz no es simplemente una afición, sino más bien una forma de entender y vivir la vida.

Crear arte no es más que coger algo de la naturaleza, moldearlo, embellecerlo y ser capaz de que sea admirado por una gran cantidad de personas
José Antonio Ruiz Dosantos

Primeros pasos

Con solo 14 años, tenía muy claro que mi futuro pasaba por formarme como Jinete en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, pero a su vez era consciente de que con mi corta edad no disponía aún de los conocimientos y habilidades necesarias para superar el examen de acceso.

Esta dificultad no me limitó para que en mi mente se creara un plan propio de aprendizaje que me instruyera en el mundo del caballo.

En septiembre de 2002, di el primer paso que consistió en, por un lado, durante las mañanas, realizar un curso especializado de mozo de cuadras de la Real Escuela y, por otro, durante las tardes, trabajar como voluntario para ayudar también como mozo de cuadras a algunos de mis profesores a cambio de recibir clases y consejos.

Gracias a la constancia e ilusión que tenía por aprender pronto adquirí el nivel suficiente como para que mis profesores me prestaran sus caballos y poder realizar mis propios espectáculos ecuestres. De esta forma, pude realizar diferentes espectáculos ecuestres. Posteriormente, ésto me llevó a participar en el espectáculo llamado Levade organizado por una empresa de Suecia y formar parte de un equipo de jinetes internacionales.

Ruiz Dosantos de pequeño

Formación En La Real Escuela Andaluza Del Arte Ecuestre

En septiembre de 2004, con tan sólo 17 años, cuando mis esfuerzos y mi afán por aprender empiezan a dar frutos. Logro superar con éxito las pruebas de acceso e ingreso como alumno de equitación en esta prestigiosa Institución, quedando primero en la prueba práctica y teórica entre muchos aspirantes de toda Europa y convirtiéndome así en el alumno más joven de mi curso.

En La Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre pasaría los siguientes cuatro años de mi vida, formándome como jinete y como profesor, participando así en los espectáculos junto a mis profesores.

En mi último año de aprendizaje, compagino la instrucción como profesional con el trabajo en una Compañía de Espectáculos Ecuestres, actuando en las ciudades más importantes de España.

Aprendizaje de la mano De Pablo Hermoso De Mendoza

En julio de 2009 termino mi formación en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre y en septiembre de ese mismo año decido trasladarme a Navarra para aprender las técnicas del Rejoneo y perfeccionar mi equitación, de la mano de Pablo Hermoso de Mendoza. Maestro, considerado mejor rejoneador de la actualidad y de la historia del toreo a caballo.

Profesor de Equitación En China

He trabajado durante cuatro años en China como profesor de equitación en el Centro Ecuestre Heilan Equestrian Club, una de las escuelas más grandes del mundo y de gran prestigio en China, donde preparan alumnos y caballos en las disciplinas de doma clásica y alta escuela para los espectáculos. Además, formé parte como jinete en dichos espectáculos.

Creación de mis propias cuadras

Actualmente, desde enero de 2015 estoy inmerso en nuevos proyectos, creando mis propias cuadras en Lebrija (Sevilla), con el objetivo de poder ofrecer clases de equitación, entrenamiento de caballos y la venta de estos a un alto nivel de doma, cuidando la máxima calidad para mis clientes dentro y fuera de España.

Mi manera de entender el Arte Ecuestre

Podemos considerar la equitación como un arte. Porque… ¿qué es el arte? Crear arte no es más que coger algo de la naturaleza, moldearlo, embellecerlo y ser capaz de que sea admirado por una gran cantidad de personas. Al igual que un pintor con un papel en blanco, un pincel y varias pinturas, es capaz de crear una obra digna de un museo, el jinete tiene que tener la capacidad de convertir ese potro que llega del campo asustadizo, bruto, miedoso, etc., en un gran caballo bello, ágil, confiado y que sea capaz de hacer todos los ejercicios que su jinete le pide sin aparente esfuerzo ninguno, a la misma vez que los dos son admirados por un gran público. Y creedme, no hay nada más gratificante para el jinete que realmente sea un auténtico apasionado del arte ecuestre, que sentir como su obra de arte (caballo) y él se unen en alma y cuerpo para convertirse en un solo ser y moverse en perfecta armonía y entendimiento, formando así una total compenetración en la que los dos se comunican con el único lenguaje de sus pensamientos.
Fragmento de mi libro “Técnica y Sentimiento del Arte Ecuestre”
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